miércoles, 14 de noviembre de 2012

NO SABES LO QUE TIENES HASTA QUE LO PIERDES.

Hace años que me dejaste sola en un valle de lágrimas. Un valle del que aún no he salido. Simplemente hago como si no estuviera en él, y el tiempo ayuda. Pero no, me niego. No quiero que sea así. No quiero olvidarte. Eres una de las personas más importantes que he tenido nunca en mi vida. Y te quiero. Te sigo queriendo aunque no estés aquí conmigo, y aún me cuesta acordarme de tí sin derramar lágrimas. Las mismas que me están empapando mientras escribo esto.
Muchas veces me acuerdo de tí y  me pongo a pensar en los momentos tan bonitos que vivimos juntos. Hace poco he estado mirando el viejo dominó, la cajita con monedas antiguas que tanto te gustaba guardar, la copa de campeón de petanca, tu (mi) pulsera, y la cartera de cuero donde guardabas un par de billetes antiguos, unas monedas y algunas fotos: una foto familiar, dos tuyas y dos mías. Sé que te gustaba tenerlas, al igual que a mí me gusta llevarte siempre conmigo. Estoy segura de que mucha gente te quiso a lo largo de tu vida, pero para mí eres demasiado especial...
¿Por qué tuvo que pasar? ¿Por qué tuviste que irte? Yo no quería eso. Nadie lo quería. Y sobre todo, tú no querías... no querías dejarnos, lo ví en tus ojos... y aún así te marchaste. Para siempre. Y yo me quedé aquí, sin saber qué hacer. Pero así pasó, supongo que fue el destino, y dictó que así tenía que pasar.
Te echo de menos, pero no tanto como debería. Sólo espero que supieras cuantísimo te quería y cuantísimo te sigo queriendo, porque personas como tú son las que hacen falta en el mundo.
Te quiero abuelo.

"Qué duro es perder a alguien sabiendo que nunca lo vas a poder recuperar"

No hay comentarios:

Publicar un comentario